miércoles, abril 02, 2008

Empresas Familiarmente Responsables: claves de congruencia y compromiso en las organizacione






Empresas Familiarmente Responsables: claves de congruencia y compromiso en las organizaciones
Jorge Alberto Hidalgo Toledo**
 
Introducción

¿Qué implica ser socialmente responsable?, ¿qué indicadores contempla la responsabilidad social empresarial?, ¿cuáles son sus ámbitos de acción?, ¿a qué públicos atiende?, ¿qué tipo de vínculos y compromisos debe establecer la organización con la familia de sus miembros? El presente texto pretende indagar en cada una de estas interrogantes profundizando primordialmente en el papel de la familia al interior de la dinámica organizacional identificando los niveles de compromiso que se pueden establecer a fin de elevar la calidad de vida laboral y la dimensión trascendente del trabajo. Todo ello tomando como punto de partida la centralidad de la persona al interior de la comunidad de personas que da sentido a una organización (Melé, 2001).

            En el contexto de la Responsabilidad Social Empresarial, sin duda, el tema de Empresas Familiarmente Responsables debe empezar a incorporarse en las certificaciones existentes para la valoración de las empresas que atienden responsablemente a todos sus públicos internos, intermedios y externos. Y es que ser familiarmente responsable implica el desarrollo de políticas, planes, programas y estrategias que contemplan: estabilidad, flexibilidad (temporal y espacial) y gestión laboral; equidad de oportunidades y dirección; apoyos, prestaciones y facilidades concibiendo a cada persona vinculada con la organización como miembro de una comunidad menor pero no por ello menos importante (sus familias).

Bajo esta óptica, las Empresas Familiarmente Responsables atienden a cada uno de sus miembros como parte de una familia ofreciendo garantías para: el fomento e impulso de la vida y unidad familiar de sus empleados; el cuidado de dependientes; la maternidad/paternidad, educación y cuidado de los hijos; entre otros rubros.

            Dada la dinámica natural de las organizaciones y el alto nivel de compromiso que exige la competencia internacional de los mercados, se hace cada vez más evidente la necesidad de que las organizaciones establezcan estándares que permitan la conciliación empresa-familia (Melé, 2000).

            Existen ya modelos de certificación como el EFR1000 impulsado por la Federación Española de Familias Numerosas, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y la Fundación + Familia, que están ofreciendo su sistema de auditoría como un sistema de diferenciación que ayuda, por una parte, a elevar la reputación, posicionamiento y love branding de las empresas; pero por otra, es una dinámica que ayuda, sin duda, a incrementar la cooperación interpersonal, a elevar el compromiso del personal hacia la empresa, mejorar el clima laboral, generar mayor identificación con la compañía, engrandecer el grado de confianza mutua y por ende, dinamizar el negocio, reducir fricciones y hacer más rentable a la corporación.

Visto así, una familia saludable es una empresa saludable; quien invierte en sus empleados, invierte en su negocio.

Otras iniciativas son las lidereadas por la Universidad de Navarra, la Universidad Anáhuac México Norte, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social Federal en México, la Delegación de la Secretaría del Trabajo en Monterrey, México, el Servicio Navarro de Empleo, la Confederación de Empresarios de Navarra, el IESE Business School, Instituto Familia y Trabajo, FUNDECY, la Asociación de Empresarios para el Progreso, Fundetec, la Asociación Mujer, Familia y Trabajo, la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas, la Asociación de Mujeres Empresarias y Directivas de Navarra, entre otros.

            Así pues, el lector encontrará en el presente trabajo cómo es que la familia se coloca en el corazón de las relaciones laborales a través de políticas y acciones muy concretas que demuestran el interés de las empresas por la vida de sus empleados, el desarrollo de sus hijos y su relación matrimonial.

Si las personas son “el recurso” más valioso de las organizaciones, el buen equilibrio de sus miembros repercutirá entonces en menor absentismo y rotación, mayor rendimiento, compromiso, responsabilidad, lealtad y productividad de la empresa.

 

La familia y la Responsabilidad Social Empresarial

Las empresas están llamadas a ser buenos ciudadanos. Las corporaciones no sólo deber reafirmar su eficacia económica  y sus estrategias de negocio; sino que también deben rearmar sus estrategias directivas, productivas y administrativas considerando en todo momento la dignidad de todas las personas involucradas con su organización; la privacidad, la tecnología, la seguridad, el impacto ambiental, la relación con los competidores y el compromiso con sus consumidores (Galindo, 2003).

Hoy, la sociedad civil está exigiendo un excelente comportamiento de las empresas; calidad, precio y éxito económico no son más el elemento diferenciador (Parra, 2002). Importa más el comportamiento de cara a la sociedad, la percepción y valoración que hacen los consumidores cuando ven que las empresas atienden las causas y necesidades sociales, son transparentes en su actuar y en sus procesos; cuando sus tácticas de venta y comercio son justas, cuando mantienen la privacidad del consumidor, apoyan la comunidad, dan acceso laboral a las personas discapacitadas y evitan el trabajo infantil (Hidalgo, 2006).

            Estas prácticas, entre otras, recaen en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial; la arista visible de la ética empresarial como el capital de integridad que es altamente valorado por la sociedad.

Ser una empresa socialmente responsable preocupada por el bien del hombre, del deber ser y la economía exige estar comprometida con una serie de principios y valores rectores como la integridad moral de los dirigentes, la justicia en las transacciones, el trabajo al personal, el respeto de las leyes, la honestidad, el trabajo en equipo, el sentido de logro y el servicio al cliente; así como generar riqueza, proporcionar bienes y servicios a la sociedad y contribuir a crear empleo (Marco Perles, 2000).

            Podría comprenderse la Responsabilidad Social Empresarial como lo hace Juan Cajiga Calderón: “el compromiso consciente y congruente de cumplir integralmente con la finalidad de la empresa tanto en lo interno, como en lo externo, considerando las expectativas de todos sus participantes en lo económico, social o humano y ambiental, demostrando el respeto por los valores éticos, la gente, las comunidades y el medio ambiente, y para la construcción del bien común” (Citado por Rebeil, Sánchez y Lemus, 2008).

Es decir, la responsabilidad social incorpora el respeto profundo por los valores éticos, las personas y sus familias, las comunidades y el medio ambiente. La eficacia económica, el cuidado del capital y los medios de producción no son el único objetivo. Es la persona el elemento decisivo de la organización; por ende, para el empresario y los dirigentes los individuos y sus familias deben ser el centro rector de la actividad laboral.

Con esta consideración en mente podríamos decir que los ámbitos de la Responsabilidad Social Empresarial son los que se muestran en el siguiente esquema:

 

 

Esquema 1

Ámbitos de la Responsabilidad Social Empresarial

esquema RSE.jpg

Fuente: Propio

           

En este enfoque integral de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se consideran tres grandes sectores: 1) La ética y Gobierno corporativo (Buen Gobierno, Calidad de vida laboral, Transparencia y Derechos); 2) Los que generalmente se consideran RSE (Impacto social y comunitario, Acciones hacia el Consumidor, Operaciones justas y Medio ambiente); y 3) La acción social, la filantropía y la caridad social. En todas esas prácticas, como hemos visto, se debe promover un sano equilibrio entre la actividad laboral y su impacto en las familias (ya sea de los miembros de la organización como las de la comunidad en general). 

La familia, como eje transversal de la actividad de toda organización y de la sociedad, debe estar considerada en todo el proceso de gestión. No hacerlo, se vería duramente reflejado en la competitividad, ausentismo, sentido de pertenencia, disminución de la productividad y rotación del personal.

 

Las Empresas Familiarmente Responsables

A todo esto ¿cómo definir a una Empresa Familiarmente Responsables? Son aquellas que tienen la capacidad de laborar con personas completas; es decir, que asumen su responsabilidad no sólo con los mercados y los públicos externos; sino que toman como política interna la conciliación trabajo y familia, incidiendo con sus acciones a la mejora del desarrollo y vida personal, familiar y social de todos sus colaboradores.

Estas organizaciones muestran una actitud proactiva ante la familia apelando a la motivación trascendente, valoraciones y cuidado de las decisiones que afectan a todos sus miembros (De Molina, 2007).

Con relación a la necesidad de una conciliación trabajo y familia y un replanteamiento de una visión más centrada en las personas, Nuria Chinchilla directora del Centro Internacional de Trabajo y Familia afirma:

“Hay un tema de valores: en alguna medida, la empresa que no permite que la gente tenga vida después del trabajo -es lo que yo llamo "sistemáticamente contaminante del entorno interno y externo"- está yendo contra la ecología humana, contra esa "humano-factoría" que es la familia, que no hay otra; la que crea capital humano y capital social, capaz de comprometerse con proyectos de medio y largo plazos, tanto económicos como empresariales como familiares. ¿Qué puede hacer la empresa? Trabajar con personas tratándolas como tales y ayudando a flexibilizar las jornadas de modo que esas personas puedan cumplir con un rol fuera del hogar, y que quienes tienen ese esposo o esposa tengan tiempo y energía para construir esa relación conyugal. No se trata de trabajar menos sino de trabajar mejor. Al respecto de quienes están separados o divorciados, lo que estamos viendo en algunas empresas es que se hace justo lo contrario: están contratándose mujeres separadas o divorciadas porque se sabe que a éstas les pueden exigir máximos porque no tienen nadie más que traiga dinero al hogar. Tienen todavía esa visión taylorista de lo que es el mundo de la empresa y siguen en el siglo XIX” (Méndez, Melgarejo, 2008).

Así una Empresa que se diga Familiarmente Responsable enfoca su actuar, directa o indirectamente a otorgar ayuda a sus empleados y trabajadores para elevar el nivel de desarrollo y bienestar de sus familias.

Algunos de los ámbitos de acción de las Empresas Familiarmente Responsables atienden las políticas, los programas y la cultura laboral y son:

1.      Flexibilidad de horarios y jornadas (flexibles, compartidas, reducidas, comprimidas o sabáticas).

2.      Ajuste del horario laboral al calendario escolar.

3.      Políticas antimobbing.

4.      Corresponsabilidad familiar.

5.      Trabajo a distancia.

6.      Videoconferencias para reducir viajes de negocios.

7.      Escuchar las inquietudes familiares y desarrollar programas para atenderlas.

8.      Inclusión en todos los eventos de la organización.

9.      Apoyo en traslados y viajes familiares como bonus.

10.  Estabilidad en el empleo.

11.  Eliminación de la violencia laboral y el hostigamiento sexual.

12.  Integración laboral a colectivos más desfavorecidos.

13.  Evitar prácticas no saludables como llevar trabajo a casa.

14.  Guarderías y servicios de comedores familiares.

15.  Mejorar la calidad de vida de sus empleados.

16.  Tiempos de baja laboral (cortas o largas) ante muerte de un hijo o familiar, embarazo y matrimonio.

17.  Otorgamiento de licencias de maternidad o paternidad mayores a las de ley.

18.  Permisos para el cuidado de hijos o familiares cercanos con enfermedades crónicas.

19.  Formación en gestión familiar y educación de los hijos (charlas, conferencias y talleres).

20.  Capacitación en administración del tiempo y manejo de estrés.

21.  Seminarios de actualización y ultra-capacitación para empleados que por recorte serán despedidos.

22.  Apoyo para conseguirle trabajo al personal que por razones especiales será despedido.

23.  Igualdad de salario y oportunidades para ambos sexos.

24.  Trabajo por objetivos más que por presencia física.

25.  Se evita la cultura de adicción al trabajo y la promoción de quienes trabajan horas excesivas.

26.  Sensibilización de los mandos intermedios para apoyar a los empleados cuando tienen responsabilidades familiares.

27.  Desarrollo de programas de actividades de ayuda y armonización trabajo familia.

28.  Programas de comunicación interna con contenidos familiares y orientados al cuidado de niños y ancianos.

29.  Diseño de actividades discerniendo si la cantidad de trabajo afectará o no la vida personal y familiar del involucrado.

30.  Apoyos extra-salariales para propiciar el fortalecimiento e integración familiar.

Una cultura flexible y responsable con la familia se apoya en tres pilares: un 40% de las políticas; un 30% de los facilitadores (equipo responsable, presupuesto, comunicación y liderazgo dentro de la empresa); y 30% de la cultura (horarios, promoción, sensibilidad, ejemplaridad y compromiso del líder con respecto a las políticas conciliadoras) (Chinchilla, 2006)

Bajo la implementación de estas medidas y verificando que la conciliación vida familiar repercute en la eficiencia empresarial se pueden identificar cuatro tipos de empresas: 1) las escépticas; 2) las comprometidas; 3) las proactivas; 4) las excelentes (Parra, 2008). 

Algunas empresas que han implementado el programa Familiarmente Responsable son: Coca-Cola, Consum, Leche Pascual, Comofer, Garmer, Ibercolmex, Indefosa, Multicaja, Microsoft, Santander, Indra, Sanofi Aventis, Enagás, Sanitas, MRW. En sus casos lo han implementado no sólo como parte de su programa de Responsabilidad Social Empresarial sino como forma de innovación en liderazgo y dirección.

La consideración de las familias como un indicador fundamental de la Responsabilidad Social Empresarial, ya empieza a dar frutos; la compañía de seguros Ecuatoriano Suiza, reportó un incremento del 240% en su producción y una reducción del 25 al 2% en la rotación al aplicar el concepto (González Fernández, 2008).

Fortalecer la vida familiar del trabajador debe ser parte fundamental de la salud física y emocional de una organización si esta quiere elevar sus cuotas de excelencia. En sí misma, la conciliación trabajo-familia es vista por la sociedad como un valor estratégico a la alza y vital para muchas compañías. Si trabajar no beneficia a la vida familiar, no será bueno para nadie.

La adopción de múltiples medidas de responsabilidad familiar es una medida inteligente para impulsar el desarrollo económico y social de las empresas. Si las empresas buscan convertirse en empresas familiarmente responsables en una forma honesta y congruente con un modo integral de ejercer la ética empresarial podrían desarrollar una serie de competencias directivas que beneficiarían no en lo estético sino en el emprendimiento ético de la organización. Competencias que derivarán en el cambio de hábitos y creencias de sus directivos y en el personal. Sin embargo, el mayor de los beneficios quizá sea la coherencia entre cultura y políticas empresariales responsables de las que se benefician no sólo los públicos externos como ocurre en la mayor parte de los programas de RSE.

Hoy las políticas de conciliación familia-trabajo están marcando la diferencia entre las empresas que se asumen como socialmente responsables. Ya que su implementación considera criterios que no sólo atraen y retienen a los talentos deseables, sino que fidelizan a todo el personal que se compromete en mayor medida con la empresa elevando el rendimiento de la misma. A diferencia de muchas medidas cosméticas de la Responsabilidad Social Empresarial, la responsabilidad familiar se ha tornado en una preocupación real por la vida del personal y su impacto en las organizaciones. Su implementación en todos los niveles y sectores de una institución requiere un compromiso real que termina modificando las circunstancias particulares del negocio y el entorno en el que se desenvuelve.

Al competir en mercados altamente exigentes no se pueden descuidar las necesidades y responsabilidad básicas de los empleados y colaboradores. En un futuro no muy lejano, las empresas que sacrifiquen la vida familiar y el tiempo de sus empleados;  aquellas que disuelvan matrimonios; que reduzcan las horas de descanso y convivencia familiar, a costa de ahorrar unos pesos verán mermada su productividad y sobrevivencia en el mercado.

La familia no sólo es la clave de la sociedad, sino también del desarrollo de las organizaciones. Velar por su bienestar es sin duda, un compromiso básico de la empresa, pero sobre todo, un incentivo para el desarrollo productivo de un país.

 

Conclusiones

La Responsabilidad Social Empresarial va más allá del cumplimiento con la ley; respetar el medio ambiente; gestionar la empresa en modo ético, ofrecer estándares altos de calidad a los clientes y proveedores; responder solidariamente a las necesidades de las comunidades aledañas; apoyar al Estado a cubrir necesidades de la sociedad; elevar la competitividad o contribuir al desarrollo sustentable de un país.

La Responsabilidad Social, al no ser una moda ni un programa cosmético de mercadotecnia o relaciones públicas debe ser contemplando en un modo integral y a largo plazo, como una forma de liderazgo moral, de gestión ética que apele a la verdadera transformación y construcción de una sociedad más justa y solidaria. Por ello, debe tener como punto de partida la unidad básica de la sociedad, la familia, reconociendo su dignidad e integrándola transversalmente en todo el actuar de la organización.

La compaginación familia-empresa es una realidad posible y tangible. Se ha visto que puede ser parte de la teoría y el actuar económico. Ya en América Latina y Europa existen certificaciones que cuantifican qué tanto el escenario laboral contempla el escenario familiar. La denominación Empresas Familiarmente Responsables avista aquellas organizaciones que buscan el sano equilibrio del trabajo y la familia estableciendo políticas, estructuras, normas y apoyos a sus miembros. Las múltiples prestaciones que contempla ya son consideradas como un salario intangible, psicológico o emocional.

Quienes han apostado por este modo de RSE han visto beneficios internos y económicos. He aquí una prueba de que es posible fundir la antropología financiera, la humanización de la empresa con la responsabilidad social en un modo ampliado e integral beneficiando siempre a la esencia de la sociedad, la familia y por ende, a la comunidad en su conjunto.

 

Referencias

Chinchilla, M. (2006) Ser una empresa familiarmente responsable: ¿lujo o necesidad? España: Pearson Prentice Hall

Chinchilla, M. (2005) “Ser Empresa Familiarmente Responsable (EFRc)”. En Capital humano: revista para la integración y desarrollo de los recursos humanos. Año No. 19, No. 187, 2005. España: Capital humano. Págs. 30-39

Chinchilla, M, Poelmans, S. Cuestionario EFR © PYMEs (Empresa Familiarmente Responsable). IESE: España

Chinchilla, M, Tarrés, J. (2003) “Empresas Familiarmente Responsables”. En Dirección y progreso. No. 191. 2003. España: Dirección y progreso. Págs. 52-58.

Cortina, A. (2002) “La ética de las organizaciones sanitarias”. En Gerencia y políticas de salud, septiembre, año/vol. 1, número 003. Colombia: Pontificia Universidad Javeriana. Pp. 6-14

Crespo, M. F. (2003) “Lo ético de la ética empresarial”. En Revista Venezolana de Gerencia, abril-junio, año/vol. 8, número 022. Venezuela, Universidad del Zulia, pp. 307-322

De Molina, A. (2007) Responsabilidad Social Empresarial: Mitos y Realidades en Guatemala. Universidad del Istmo, Centro de Investigaciones Humanismo y Empresa. Recuperado el 1 de diciembre de 2008 en http://www.unis.edu.gt/d/cihe_s_apuntes/

Ferrer, J. (2002). Responsabilidad y códigos de ética, conjunción ineludible en la construcción de organizaciones humanas para la gestión pública: un caso de aplicación. Portugal: VII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública.

Galindo, A. (2003) “Nuevos ámbitos de responsabilidad social de la empresa desde el Tercer Sector a la economía de comunión”. En Papeles de ética, economía y dirección, No. 8, España: Universidad Pontificia de Salamanca.

González Fernandez, R. (2008) “Familia mueve la producción” en Blog Responsabilidad social corporativa; un desafío y oportunidad. Recuperado el 1 de diciembre de 2008 en: http://respsoem2.blogspot.com/2008/09/rse-familia-mueve-la-produccin.html

Hidalgo, J (2006). “El coraje ético más allá de la cultura empresarial” en Rebeil, Ma. Comunicación estratégica en las organizaciones. México: Trillas

Melé, D. (2000) Políticas de ética empresarial: posibilidades y limitaciones. España: Universidad de Navarra, IESE Business School.

Melé, D. (2001) Un marco humanista para la empresa del Siglo XXI. España: Universidad de Navarra, IESE Business School.

Mendez Brandam, A. y Melgarejo, G. (2008) “Empresas familiarmente responsables” en Noticias positivas.org recuperado el 28 de noviembre de 2008 en http://www.noticiaspositivas.org/index.php?option=com_content&task=view&id=487&Itemid=183

Marco Perles, G. S. (2000). Ética y liderazgo empresarial: una complementariedad necesaria. España: Universidad de Valencia. Departamento de Filosofía del Derecho, Moral y Política

Parra, B. (2008) “Empresas Familiarmente Responsables” en LRQA: mida la diferencia, recuperado el 28 de noviembre de 2008 en: http://www.lrqaspain.com/essite/template.asp?name=esstandards_efr

Parra, M. M. (2002) Un razonamiento ético para humanizar la empresa. Gestión

Rebeil, Ma., Sánchez, C., Canul, G. (2008) Propósitos, actividades de responsabilidad social y sus formas de difusión en diez organizaciones que operan en México. México: Universidad Anáhuac.

Rebeil, Ma., Sánchez, C., (2008) Responsabilidad Social en las Organizaciones Mexicanas y Comunicación: una perspectiva desde la ética. México: Universidad Anáhuac.

Secretaría del Trabajo y Previsión Social (2008) Modelo de reconocimiento “Empresa Familiarmente Responsable: Manual para su aplicación”. México: STPS. Recuperado el 1 de diciembre de 2008 en http://www.stps.gob.mx/EMPRESA_FR/002%20%20Manual%20de%20Aplicacion%20EFR%20(PDF).pdf

Sulbarán, J. P. (2002). La dimensión ética de la empresa. En Revista Economía No. 12. Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias económicas y sociales.

Tula, S. Responsabilidad social y naturaleza de las empresas. España: Gestión


** Titular de la Cátedra FISAC-Anáhuac en comunicación para la responsabilidad ante el consumo de bebidas con alcohol y la sana convivencia. Investigador Titular del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada (CICA), de la Escuela de Comunicación de la Universidad Anáhuac

No hay comentarios.: